domingo, 30 de octubre de 2011

COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA ANTE LAS ELECCIONES GENERALES DEL 20 DE NOVIEMBRE


1. El próximo día 20 de noviembre estamos todos convocados a las urnas. Con este motivo, los obispos ofrecemos a los católicos y a cuantos deseen escucharnos algunas consideraciones que ayuden al ejercicio responsable del deber de votar. Es nuestra obligación de pastores de la Iglesia orientar el discernimiento moral para la justa toma de decisiones que afectan a la realización del bien común y al reconocimiento y la tutela de los derechos fundamentales, como es el caso de las elecciones generales.

2. En su discurso sobre los fundamentos del derecho, pronunciado el mes pasado ante el Parlamento federal de Alemania, el Papa recordaba que “el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. Se ha referido, en cambio, a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho [...], la razón abierta al lenguaje del ser”. Nosotros hacemos nuestras consideraciones desde ese horizonte de los fundamentos prepolíticos del derecho, sin entrar en opciones de partido y sin pretender imponer a nadie ningún programa político. Cada uno deberá sopesar, en conciencia, a quién debe votar para obtener, en conjunto, el mayor bien posible en este momento.

3. No se podría hablar de decisiones políticas morales o inmorales, justas o injustas, si el criterio exclusivo o determinante para su calificación fuera el del éxito electoral o el del beneficio material. Esto supondría la subordinación del derecho al poder. Las decisiones políticas deben ser morales y justas, no sólo consensuadas o eficaces; por tanto, deben fundamentarse en la razón acorde con la naturaleza del ser humano. No es cierto que las disposiciones legales sean siempre morales y justas por el mero hecho de que emanen de organismos políticamente legítimos.

4. En concreto, como ha señalado el Papa en agosto, aquí en Madrid, la recta razón reconoce que hemos sido creados libres y para la libertad, pero que no actúan de modo conforme con la verdadera libertad quienes “creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces y cimientos que ellos mismos; desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar a cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento”.

5. Por todo ello, hemos de llamar de nuevo la atención sobre el peligro que suponen determinadas opciones legislativas que no tutelan adecuadamente el derecho fundamental a la vida de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural, o que incluso llegan a tratar como un derecho lo que en realidad constituye un atentado contra el derecho a la vida. Son también peligrosos y nocivos para el bien común ordenamientos legales que no reconocen al matrimonio en su ser propio y específico, en cuanto unión firme de un varón y una mujer ordenada al bien de los esposos y de los hijos. Es necesario promover nuevas leyes que reconozcan y tutelen mejor el derecho de todos a la vida, así como el derecho de los españoles a ser tratados por la ley específicamente como “esposo” y “esposa”, en un matrimonio estable, que no quede a disposición de la voluntad de las partes ni, menos aún, de una sola de las partes.

6. La grave crisis económica actual reclama políticas sociales y económicas responsables y promotoras de la dignidad de las personas, que propicien el trabajo para todos. Pensamos en tantas familias, carentes de los medios necesarios para subvenir a sus necesidades más básicas. Pensamos también en el altísimo porcentaje de jóvenes que nunca han podido trabajar o que han perdido el trabajo y que, con razón, demandan condiciones más favorables para su presente y su futuro. Son necesarias políticas que favorezcan la libre iniciativa social en la producción y que incentiven el trabajo bien hecho, así como una justa distribución de las rentas; que corrijan los errores y desvíos cometidos en la administración de la hacienda pública y en las finanzas; que atiendan a las necesidades de los más vulnerables, como son los ancianos, los enfermos y los inmigrantes.

7. El ordenamiento jurídico debe facilitar el ejercicio efectivo del derecho que asiste a los niños y jóvenes a ser educados de modo que puedan desarrollar lo más posible todas sus capacidades. Debe evitar imposiciones ideológicas del Estado que lesionen el derecho de los padres a elegir la educación filosófica, moral y religiosa que deseen para sus hijos. En cambio, ha de ser facilitada la justa iniciativa social en este campo. La presencia de la enseñanza de la religión y moral católica en la escuela estatal - como asignatura fundamental opcional - es un modo de asegurar los derechos de la sociedad y de los padres que exige hoy una regulación más adecuada para que esos derechos sean efectivamente tutelados.

8. Recordamos de nuevo que se reconoce la legitimidad moral de los nacionalismos o regionalismos que, por métodos pacíficos, desean una nueva configuración de la unidad del estado español. Y también, que es necesario tutelar el bien común de la nación española en su conjunto, evitando los riesgos de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública por causa de pretensiones separatistas o ideológicas de cualquier tipo.

9. Una sociedad que quiera ser libre y justa no puede reconocer explícita ni implícitamente a una organización terrorista como representante político de ningún sector de la población, dado que el terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión justa y razonable de la vida.

10. Ante los desafíos que se presentan a la comunidad internacional, son necesarias políticas guiadas por la búsqueda sincera de la paz, basadas en el respeto al derecho, nacional e internacional, así como en la promoción del entendimiento y de la solidaridad entre los pueblos y las culturas.

Pedimos al Señor de la paz y a su Madre santísima que iluminen a quienes vamos a votar, para que lo hagamos de manera verdaderamente libre y responsable.

FALLECIMIENTO


En la noche del pasado viernes 28 falleció nuestro hermano D. Miguel Gómez Inurria, actual nº 1 de nuestra corporación. Rogamos a todos una oración por el eterno descanso de su alma.


EVANGELIO DOMINGO 30 DE OCTUBRE. DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO


Día litúrgico: Domingo XXXI (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 23,1-12): En aquel tiempo, Jesús se dirigió a la gente y a sus discípulos y les dijo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas. Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame “Rabbí”.

»Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie “Padre” vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar “Directores”, porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

Comentario: Rev. D. Joan Carles MONTSERRAT i Pulido (Sabadell, Barcelona, España)

«El que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado»

Hoy, el Señor nos hace un retrato de los notables de Israel (fariseos, maestros de la Ley…). Éstos viven en una situación superficial, no son más que apariencia: «Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres» (Mt 23,5). Y, además, cayendo en la incoherencia, «porque dicen y no hacen» (Mt 23,3), se hacen esclavos de su propio engaño al buscar sólo la aprobación o la admiración de los hombres. De esto depende su consistencia. Por sí mismos no son más que patética vanidad, orgullo absurdo, vaciedad… necedad.

Desde los inicios de la humanidad continúa siendo la tentación más frecuente; la antigua serpiente continúa susurrándonos al oído: «El día en que comiereis de él [el fruto del árbol que está en medio del jardín], se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal» (Gn 3,5). Y continuamos cayendo en ello, nos hacemos llamar: “rabí”, “padre” y “guías”… y tantos otros ampulosos calificativos. Demasiadas veces queremos ocupar el lugar que no nos corresponde. Es la actitud farisaica.

Los discípulos de Jesús no han de ser así, más bien al contrario: «El mayor entre vosotros será vuestro servidor» (Mt 23,11). Y como que tenemos un único Padre, todos ellos son hermanos. Como siempre, el Evangelio nos deja claro que no podemos desvincular la dimensión vertical (Padre) y la horizontal (nuestro) o, como explicitaba el domingo pasado, «amarás al Señor, tu Dios (…). Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,37.39).

Toda la liturgia de la Palabra de este domingo está impregnada por la ternura y la exigencia de la filiación y de la fraternidad. Fácilmente resuenan en nuestro corazón aquellas palabras de san Juan: «Si alguno dice: ‘Amo a Dios’, y aborrece a su hermano, es un mentiroso» (1Jn 4,20). La nueva evangelización —cada vez más urgente— nos pide fidelidad, confianza y sinceridad con la vocación que hemos recibido en el bautismo. Si lo hacemos se nos iluminará «el caminó de la vida: hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre» (Sal 16,11).


domingo, 23 de octubre de 2011

TURNO MENSUAL DE ADORACION AL SANTISIMO




Recientemente la Junta de Gobierno a tomado el acuerdo, en beneficio de aumentar el culto al Santísimo Sacramento, de a partir del presente mes de noviembre dedicar una hora al mes de vela al Santísimo. El día elegido será el tercer viernes de cada mes y en horario de siete a ocho de la tarde. De esta manera todos los terceros viernes de mes tenemos una cita con Jesús Sacramentado.
Este acuerdo a sido comunicado a nuestro párroco y Director Espiritual D. Lorenzo Nieto, el cual ha acogido con agrado esta decisión. Durante el mencionado turno se meditarán sobre textos eucarísticos. La junta de gobierno anima todos los hermanos a participar de este acto para mayor gloria de nuestro señor Jesucristo.







sábado, 22 de octubre de 2011

PRESENTACION DEL GRUPO JOVEN

El pasado sábado día 15 de octubre comenzó su andadura nuestro recién creado grupo joven. Se presentaron ante Nuestra Señora la Virgen de Valme, ante Ella depositaron muchas ilusiones, proyectos y ganas de aportar su grano de arena a nuestra hermandad Sacramental. Desde este blog le deseamos todo la suerte posible, le transmitimos nuestro ánimo, al mismo tiempo que pedimos a todos que le demos nuestro apoyo y cariño para que se sientan acogidos, pues ellos, más los que no pudieron asistir al actos, en un futuro podrán tomar el relevo al frente de nuestra corporación . 


EVANGELIO DOMINGO 23 DE OCTUBRE. DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO

Texto del Evangelio (Mt 22,34-40): En aquel tiempo, cuando oyeron los fariseos que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?». Él le dijo: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».

Comentario: Dr. Johannes VILAR (Colonia, Alemania)
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón (…). Amarás a tu prójimo como a ti mismo»
Hoy, nos recuerda la Iglesia un resumen de nuestra “actitud de vida” («De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas»: Mt 22,40). San Mateo y San Marcos lo ponen en labios de Jesucristo; San Lucas de un fariseo. Siempre en forma de diálogo. Probablemente le harían al Senyor varias veces preguntas similares. Jesús responde con el comienzo del Shemá: oración compuesta por dos citas del Deuteronomio y una de Números, que los judíos fervientes recitaban al menos dos veces al día: «Oye Israel! El Señor tu Dios (...)». Recitándola se tiene conciencia de Dios en el quehacer cotidiano, a la vez que recuerda lo más importante de esta vida: Amar a Dios sobre todos los “diosecillos” y al prójimo como a sí mismo. Después, al acabar la Última Cena, y con el ejemplo del lavatorio de los pies, Jesús pronuncia un “mandamiento nuevo”: amarse como Él nos ama, con “fuerza divina” (cf. Jn 14,34-35).

Hace falta la decisión de practicar de hecho este dulce mandamiento —más que mandamiento, es elevación y capacidad— en el trato con los demás: hombres y cosas, trabajo y descanso, espíritu y materia, porque todo es criatura de Dios.

Por otro lado, al ser impregnados del Amor de Dios, que nos toca en todo nuestro ser, quedamos capacitados para responder “a lo divino” a este Amor. Dios Misericordioso no sólo quita el pecado del mundo (cf. Jn 1,29), sino que nos diviniza, somos “partícipes” (sólo Jesús es Hijo por Naturaleza) de la naturaleza divina; somos hijos del Padre en el Hijo por el Espíritu Santo. A san Josemaría le gustaba hablar de “endiosamiento”, palabra que tiene raigambre en los Padres de la Iglesia. Por ejemplo, escribía san Basilio: «Así como los cuerpos claros y trasparentes, cuando reciben luz, comienzan a irradiar luz por sí mismos, así relucen los que han sido iluminados por el Espíritu. Ello conlleva el don de la gracia, alegría interminable, permanencia en Dios... y la meta máxima: el Endiosamiento». ¡Deseémoslo!

sábado, 15 de octubre de 2011

GRUPO JOVEN DE NUESTRA HERMANDAD



En la mañana de hoy sábado nuestro recién creado grupo joven se ha presentado ante Nuestra Señora de Valme, en unión de los demás grupos jóvenes de las hh. de nuestra ciudad, para pedirle Su protección y ayuda en el proyecto que hoy comienzan. Han querido que su primer acto como grupo sea en el besamanos de nuestra bendita Virgen de Valme y como muestra de su amor y cariño hacia la Madre de Dios, un representante ha leído el siguiente texto que han compuesto para esta ocasión:



GRUPO JOVEN DE LA HERMANDAD SACRAMENTAL



ACTO DE LA JUVENTUD.
BESAMANOS A NUESTRA SEÑORA DE VALME
Dos Hermanas, 15 de octubre de 2011



Querida Virgen de Valme:


Un año más, esta juventud de Dos Hermanas desea venir a verte, en Vísperas de tu Romería, para felicitarte, para darte las gracias por tu eterna Protección, y para proclamar en voz alta que te queremos como Madre nuestra que eres.

Pero hoy también es un día especial para nosotros, el Grupo Joven de la Hermandad Sacramental, porque se trata de la primera vez que en nuestra corporación la juventud que acompaña a Jesús Sacramentado en la espléndida mañana del Corpus se ha constituido oficialmente como grupo. Es nuestro deseo participar en la vida de nuestra hermandad, y seguir la senda que nos lleve a Jesús Eucaristía y su Bendita Madre. Somos una hermandad pequeña, somos pocos hermanos, pero sabemos que con tu ayuda continuaremos el camino que nos enseñaron nuestros mayores.

Hoy es un día histórico para nosotros. En primer lugar, porque es, que se sepa, la primera vez que existe un Grupo Joven en nuestra hermandad Sacramental. Precisamente es hoy donde hemos querido tener nuestro primer acto. Y aquí nos tienes, Celestial Protectora, aquí nos tienes a todos reunidos para pedirte auxilio en nuestra andadura. Tú, que todo lo puedes por ser mediadora de tu Hijo Eucaristía, a quien acompañas diariamente en el Sagrario de esta parroquia. Tú, que eres los ojos de Dos Hermanas, la sonrisa de Dos Hermanas, la mano que sostiene a Dos Hermanas.

Aquí está el Grupo Joven de la hermandad Sacramental, Virgen de Valme, con el ánimo de que nos acompañes en nuestra nueva andadura, bien con la Protección de tu Valimiento, porque Tú, Flor de las Flores, también eres Divina Pastora de Nuestras Almas.

En este día señalado, anticipo de la Romería del cielo que nos tienes prometido, queremos pedirte por todos jóvenes del mundo, por la Juventud de Dos Hermanas y en especial por la juventud que hoy nos reunimos ante Tí, para que nos sintamos animados a seguir tu ejemplo de madre y crezcamos y maduremos en la fe.


domingo, 9 de octubre de 2011

CARTA DEL SR. ARZOBISPO. OCTUBRE MES DEL ROSARIO.



Queridos hermanos y hermanas:

Acabamos de comenzar el mes de octubre, mes del Rosario. En los últimos decenios ha crecido el número de laicos que han descubierto la riqueza espiritual de la Liturgia de las Horas. Dios quiera que la oración de la Iglesia vaya adquiriendo rango de ciudadanía en la vida de nuestros fieles. Pero al mismo tiempo que ha ido creciendo el aprecio por el Oficio divino en muchos ambientes, ha ido desvaneciéndose la costumbre de rezar el Rosario, tal vez por el hecho de ser una devoción que no tiene rango de oración oficial de la Iglesia. No faltan incluso quienes califican el Rosario como una devoción marginal, infantil e impropia de espíritus maduros.

Convencido de que esta es una actitud equivocada, en los comienzos del mes del Rosario, quiero invitaros a todos, sacerdotes, consagrados y laicos, a recuperar esta devoción si la habéis abandonado. El rezo diario del Rosario manifiesta nuestra convicción de que la Santísima Virgen es nuestra madre en el orden de la gracia. Ella ocupa un papel del todo especial en el misterio de Cristo y de la Iglesia, como medianera que es de todas las gracias necesarias para nuestra fidelidad. Por ello, debe ocupar un puesto de privilegio en nuestro corazón y en nuestra vida cristiana. Rezar el Rosario es una expresión cabal de amor a Nuestra Señora y de la necesidad que sentimos de encontrarnos con ella en cada jornada. No deberíamos acostarnos tranquilos si un día, sin una causa grave, olvidamos este detalle filial. Como nos ha dicho el Papa Benedicto XVI, “si la Eucaristía es para el cristiano el centro de la jornada, el Rosario contribuye de manera privilegiada a dilatar la comunión con Cristo, y enseña a vivir manteniendo fija en Él la mirada del corazón para irradiar sobre todos y sobre todo su amor misericordioso”.

El rezo del Rosario está al alcance de cualquier cristiano, jóvenes y mayores, cultos y menos cultos, virtuosos o tibios. No exige lugares especiales, ni libros litúrgicos, ni la preparación que requieren los actos de culto. Se puede rezar paseando, en el coche, en el autobús o en las noches de vela. Por ello, es la oración por excelencia de los ancianos y enfermos, de los humildes y sencillos.

El Rosario es una devoción llena de riqueza espiritual pues proporciona muchos bienes a quienes la practican. El rezo del Rosario, con la recitación repetida de las avemarías, nos permite tener unos minutos de oración sobria y profunda al mismo tiempo.

El rezo del Rosario serena el espíritu y lo pone en sintonía con los misterios principales de la vida del Señor. Efectivamente, contemplando los misterios de gozo, de luz, de dolor y de gloria, revivimos los hitos más significativos de la historia de nuestra salvación y recorremos las diversas etapas de la vida y misión de Cristo. Lo hacemos de la mano y en comunión con María, y entonces entramos en la “onda” de Jesús y adquirimos una especie de connaturalidad o afinidad con las fuentes de nuestra fe, con la vida admirable del Señor y con las disposiciones espirituales de la Virgen.

Hasta hace unas décadas, muchas familias cristianas terminaban la jornada con el rezo del Rosario. Hoy esa costumbre prácticamente ha desaparecido. No me parece un despropósito invitaros a recuperarla. La familia crecerá en unidad y cohesión, en paz, esperanza y alegría. Invito a los sacerdotes a que se rece en las parroquias antes de la celebración vespertina de la Eucaristía y a procurar que en aquellas en las que Santa Misa no puede celebrarse diariamente, sean los propios fieles quienes abran el templo y dirijan el rezo del Rosario.

En la exhortación apostólica Rosarium Virginis Mariae, el Papa Juan Pablo II nos recomendaba leer un texto del Nuevo Testamento al comienzo de cada misterio, relacionado con la escena contemplada. Para vencer la monotonía y la rutina y acrecentar la atención, puede ser bueno también poner una intención a cada decena. Os sugiero algunas hoy prioritarias: la santidad de los sacerdotes y consagrados, la fidelidad de los esposos y su compromiso en la educación en la fe de sus hijos, el aumento de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, la Nueva Evangelización y las misiones, las necesidades materiales o espirituales de nuestros familiares y amigos, la paz en el mundo y el final de toda violencia, especialmente la que se produce en el seno del hogar, el presente y el futuro de nuestra Patria, los pobres, enfermos y moribundos, el establecimiento de la justicia en el mundo y la superación de las desigualdades entre los hemisferios…

Estoy convencido de que rezo del Rosario no nos aleja de nuestro compromiso en la construcción de un mundo más justo y fraterno. Sólo la oración robustece el espíritu y sólo los espíritus fuertes pueden construir la nueva civilización del amor.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla


EVANGELIO DOMINGO 9 DE OCTUBRE. DOMINGO XXVIII DEL TIEMPO ORDINARIO



Texto del Evangelio (Mt 22,1-14): En aquel tiempo, tomando Jesús de nuevo la palabra les habló en parábolas, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: ‘Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’.

»Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales.

»Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».

Comentario: P. Julio César RAMOS González SDB (Salta, Argentina)

«Id a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda»

Hoy, Jesús nos muestra al rey (el Padre), invitando —por medio de sus “siervos” (los profetas), al banquete de la alianza de su Hijo con la humanidad (la salvación). Primero lo hizo con Israel, «pero no quisieron venir» (Mt 22,3). Ante la negativa, no deja el Padre de insistir: «Mirad mi banquete está preparado, (...) y todo está a punto; venid a la boda» (v. 4). Pero ese desaire, de escarnio y muerte de los siervos, suscita el envío de tropas, la muerte de aquellos homicidas y la quema de “su” ciudad (cf. Mt 22,6-7): Jerusalén.

Así es que, por otros “siervos” (apóstoles) —enviados a ir por «los cruces de los caminos» (Mt 22,9): «Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas...», dirá más tarde el Señor Jesús en Mt 28,19— fuimos invitados nosotros, el resto de la humanidad, es decir, «todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales» (Mt 22,10): la Iglesia. Aún así, la cuestión, no es sólo estar en la sala de bodas por la invitación, sino que, tiene que ver también y mucho, con la dignidad con la que se está («traje de boda», cf. v. 12). San Jerónimo comentó al respecto: «Los vestidos de fiesta son los preceptos del Señor y las obras cumplidas según la Ley y el Evangelio que son las vestiduras del hombre nuevo». Es decir, las obras de la caridad con las que se debe acompañar a la fe.

Conocemos que Madre Teresa, todas las noches, salía a las calles de Calcuta a recoger moribundos para darles, con amor, un buen morir: limpios, bien arropados y, si era posible, bautizados. Cierta vez comentó: «No tengo miedo de morir, porque cuando esté delante del Padre, habrá tantos pobres que le entregué con el traje de bodas que sabrán defenderme». ¡Bienaventurada ella! —Aprendamos la lección nosotros.


lunes, 3 de octubre de 2011

TEMA DE REFLEXION PARA EL MES DE OCTUBRE

LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA


El Bautismo (III)

Si el Bautismo es necesario para la salvación, ¿qué ocurre con quienes no reciben o no pueden recibir el Bautismo?
Los Adoradores Eucarísticos hemos de ser un punto de referencia, entre nuestros familiares, amigos y conocidos, de la Fe en Cristo. Por esa razón hemos de tener presente los caminos que la Iglesia ha establecido para facilitar que cualquier persona pueda ser bautizada, por el deseo de sus padres, si es infante, o por decisión personal, si ya es mayor de edad.
En peligro de muerte, cualquier persona puede bautizar.
“En caso de necesidad cualquier persona, incluso no bautizada, si tiene la intención requerida, puede bautizar. La intención requerida consiste en querer hacer lo que hace la Iglesia al bautizar, y emplear la fórmula bautismal trinitaria (“Yo…te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1256).
Además del bautismo sacramental, la Iglesia considera que otros dos tipos de bautismo abren al alma las puertas de la Gracia.
“Desde siempre, la Iglesia posee la firme convicción de que quienes padecen la muerte por razón de la fe, sin haber recibido el bautismo, son bautizados por su muerte con Cristo y por Cristo. Este bautismo de sangre como el deseo del bautismo, produce los frutos del bautismo sin ser sacramento”.
Este bautismo lo reciben quienes se unen a los cristianos que sufren martirio, movidos por su ejemplo. Y mueren con ellos afirmando la misma Fe.
Unido a este bautismo de sangre la Iglesia reconoce dos modos del bautismo de deseo: el primero se refiere a quienes se están ya preparando para recibir el bautismo: “A los catecúmenos que mueren antes de su bautismo, el deseo explícito de recibir el bautismo, unido al arrepentimiento de sus pecados y a la caridad, les asegura la salvación que no han podido recibir por el sacramento”.
El segundo caso tiene una aplicación que se refiere a todos los hombres y manifiesta claramente la universalidad de la salvación que Cristo nos ha alcanzado:
“Todo hombre que, ignorando el Evangelio de Cristo y su Iglesia, busca la verdad y hace la voluntad de Dios, según él la conoce, puede ser salvado. Se puede suponer que semejantes personas habrían deseado explícitamente el bautismo si hubiesen conocido su necesidad”.
Quizá algunos de nosotros hemos sabido de niños que se han muerto apenas nacidos, y no han recibido el bautismo. Para estas situaciones –sea por descuido de los padres o por enfermedades imprevistas que han precipitado la muerte o por retrasos innecesarios- hemos de recordar la doctrina de la Iglesia para que sepamos consolar a los padres que han sufrido esa desgracia de manera involuntaria, y sufren pensando en la situación de sus hijos en la vida eterna:
“En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven y la ternura de Jesús con los niños (…) nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin bautismo. Por eso es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del Santo Bautismo” (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1261)
Y terminamos esta reflexión recordando la doctrina común en la Iglesia de que a todos los niños víctimas del aborto en el seno de sus madres, los acoge la Misericordia de Dios en el Cielo.
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Cuestionario

  • ¿Recibimos con alegría la llegada de un nuevo hijo, de un nuevo nieto? ¿Nos damos cuenta de que es, verdaderamente, un regalo de Dios a la familia?
  • ¿Rezamos alguna vez en los momentos de adoración, pidiendo a Dios que se deje de asesinar a los niños en el seno de sus madres?
  • ¿Nos acordamos de vez en cuando de nuestro propio bautismo, y damos gracias a Dios de todo corazón por haber recibido la Fe?