La Eucaristía, alimento del
cristiano (I)
El tercer sacramento de la iniciación
cristiana es la Eucaristía. "La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación
cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el
Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación,
participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio
mismo del Señor" (Catecismo, n. 1322).
¿Qué significado puede tener ese culminar
la iniciación cristiana? ¿Acaso falta alguna cualidad al Bautismo en su misión
de convertir al cristiano en nueva criatura, en hijo de Dios en Cristo? ¿Acaso
la Confirmación no comunica al fiel cristiano el Espíritu Santo, que va a hacer
posible que Cristo nazca en él, entienda lo que Cristo le ha enseñado y sea
testimonio de Cristo con y en su vida?
“La Sagrada Eucaristía es el Sacramento en el que Jesús entrega por nosotros su Cuerpo y su Sangre: a sí mismo, para que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos unamos a él en la Sagrada Comunión. Así nos unimos al único Cuerpo de Cristo, la Iglesia” (Catecismo de la JMJ, Youcat, 208).
“La Sagrada Eucaristía es el Sacramento en el que Jesús entrega por nosotros su Cuerpo y su Sangre: a sí mismo, para que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos unamos a él en la Sagrada Comunión. Así nos unimos al único Cuerpo de Cristo, la Iglesia” (Catecismo de la JMJ, Youcat, 208).
Culmina la “iniciación cristiana” porque
en la Comunión Eucarística Cristo se une a nosotros; nosotros nos unimos a Él;
y vivimos en Él su Cuerpo místico, la Iglesia.
Al entregarnos su Cuerpo y su Sangre, Cristo se nos da en alimento.
Al dársenos para que nos unamos a Él en la Comunión, Cristo se hace cercano.
Al unirnos al Cuerpo de Cristo, formamos la Iglesia.
Al dársenos para que nos unamos a Él en la Comunión, Cristo se hace cercano.
Al unirnos al Cuerpo de Cristo, formamos la Iglesia.
Hemos señalado ya que el misterio de la gracia afecta al hombre
personalmente en todos los planos de su vivir: el del “ser” y el del “actuar”.
El Bautismo realiza su misión de introducir en el espíritu del bautizado la
participación en la naturaleza divina: ése es el plano del “ser” en el que
queda constituido nuestro ser nueva criatura. La Confirmación da al hombre la
capacidad de entender, en el Espíritu Santo, el sentido a esa nueva naturaleza,
don de Dios Padre. El hombre comprende así el sentido de su vida y de su
existencia como nueva criatura, estando ya en condiciones de llevar a cabo el
nuevo vivir, que comporta el Bautismo, y el actuar verdaderamente como cristiano.
En la Eucaristía, el cristiano vive, además de una participación en la naturaleza divina, en cuanto naturaleza, un encuentro personal en y con la Persona de Cristo.
La Eucaristía es el alimento sobrenatural
por excelencia de la Fe: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de
este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del
mundo” (Jn 6, 51). Esta afirmación del Señor provocó la huida de casi todos sus
discípulos. No podían aceptar semejante anuncio. Pedro, sin embargo, reaccionó
con Fe: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros
creemos y sabemos que tú eres el santo de Dios” (Jn 6, 67).
“Palabras de vida eterna”. La Eucaristía
es la Palabra de Vida Eterna. Es Cristo Resucitado. Alimenta la Esperanza de
todo cristiano. La presencia de Cristo en el Sacramento de la Comunión engendra
la Esperanza en el corazón de todo el que la recibe, porque le está indicando
el término del camino: la Unión definitiva con Jesucristo en el Cielo.
“El cristiano se sabe injertado con Cristo por el Bautismo; habilitado a
luchar por Cristo, por la Confirmación; llamado a obrar en el mundo por la
participación en la función real, profética y sacerdotal de Cristo; hecho una
sola cosa con Cristo por la Eucaristía, sacramento de la unidad y del amor. Por
eso, como Cristo, ha de vivir de cara a los demás hombres, mirando con amor a
todos y a cada uno de los que le rodean, y a la humanidad entera” (Jose María
Escrivá. Es Cristo que pasa, n. 106).
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