ANTIGUA Y FERVOROSA HERMANDAD Y COFRADIA DEL
SANTISIMO SACRAMENTO, DIVINA PASTORA DE LAS ALMAS Y
ANIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO
DOS
HERMANAS
DIPUTACION DE CULTOS
AÑO SANTO DE
LA MISERICORDIA
DIOS NUNCA SE
CANSA DE PERDONAR
Textos del Papa pronunciados
a lo largo de su Pontificado para alentar la reflexión sobre la Misericordia.
Evangelio nos presenta el episodio de la mujer adúltera, a la
que Jesús salvó de la condena a muerte. Nos conmueve la actitud de Jesús: no
escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo
palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión “Tampoco yo te
condeno ¡Vete y ya no vuelvas a pecar!” ¡Oh, hermanos y hermanas, el rostro de
Dios es el de un padre misericordioso, que siempre tiene paciencia!
¿Habéis pensado en la paciencia de Dios, la paciencia que
tiene con cada uno de nosotros? ¡Eh, esa es su misericordia! Siempre tiene
paciencia: tiene paciencia con nosotros, nos comprende, nos espera, no se cansa
de perdonarnos si sabemos volver a Él con el corazón contrito. Grande es la
misericordia del Señor.
Un poco de misericordia hace el mundo menos frío y más justo.
Necesitamos entender bien esta misericordia de Dios, este Padre misericordioso,
que tiene tanta paciencia... Recordemos el profeta Isaías, que afirma que
aunque nuestros pecados fuesen color rojo escarlata, el amor de Dios los
convertirá en blancos como la nieve.
Recuerdo, cuando apenas era obispo, en 1992, llegó a Buenos
Aires la Virgen de Fátima y se hizo una gran misa para los enfermos. Fui a
confesar, a aquella misa. Y casi al final de la misa me levanté porque tenía
que administrar una confirmación. Vino hacia mí una mujer anciana, humilde, muy
humilde, de más de ochenta años. La miré y le dije: “Abuela – porque allí
llamamos así a los ancianos- abuela, ¿se quiere confesar?” “Sí”, me dijo. “Pero
si usted no ha pecado...” Y ella me dijo: “Todos tenemos pecados”... “Pero el
Señor ¿no la perdona?” “El Señor perdona todo” me dijo, segura. “Pero, ¿cómo lo
sabe usted, señora?”. “Si el Señor no perdonase todo, el mundo no existiría”.
“El problema es que nosotros nos cansamos de pedir perdón!
Pero Él nunca se cansa de perdonar; somos nosotros los que , a veces, nos
cansamos de pedir perdón. Y no tenemos que cansarnos nunca, nunca. Él es el
Padre amoroso que perdona siempre y cuyo corazón está lleno de misericordia
para todos nosotros. Tenemos que aprender a ser más misericordiosos con todos.
Invoquemos la intercesión de la Virgen María, que ha tenido en sus brazos a la
Misericordia de Dios hecho hombre”.
Angelus dominical, 17 de Marzo de 2013
https://w2.vatican.va/content/francesco/es/angelus/2013/documents/papa-francesco_angelus_20130317.html
Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he
dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para
renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame
una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tanto bien volver a Él
cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de
perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia.
Aquel que nos invitó a perdonar «setenta veces siete» (Mt 18,22) nos da
ejemplo: Él perdona setenta veces siete. Nos vuelve a cargar sobre sus hombros
una y otra vez. Nadie podrá quitarnos la dignidad que nos otorga este amor
infinito e inquebrantable. Él nos permite levantar la cabeza y volver a
empezar, con una ternura que nunca nos desilusiona y que siempre puede
devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos
declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que su vida que nos
lanza hacia adelante!
Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium I, 3
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.html
Fuente:Aciprensa;extraídodehttps://www.aciprensa.com/ebooks/Francisco_y_la_Misericordia.pdf
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